Durante
la educación básica, en la cual nos encontramos inmersos en el “tronco común”
que nos faculta de los conocimientos
elementales es muy común observar que las dinámicas académicas se centran
en la reproducción de los conocimientos de las fuentes de información como en
el caso de la Historia
o bien en la aplicación de fórmulas y procedimientos que reproducidos han de dar los mismos resultados;
los únicos resultados correctos cada vez, como ocurre con las ciencias exactas.
Sin
embargo cuando llegué a la universidad a estudiar la carrera de cirujano
dentista la cosa era distinta, ahora los maestros (en su mayoría) ya no se
encargaban de dictar o remitir únicamente a las fuentes, sino que tomando de
los libros las bases de la ciencia era preciso resolver problemáticas reales y
específicas; ya no bastaba con reproducir métodos y fórmulas sino de adaptarlos
a cada condición particular.
Precisamente
este momento en el que la toma de decisiones juega un papel tan relevante es
que se da la resignificación de los aprendizajes, pasando de meros datos e
instrucciones técnicas a un complejo proceso intelectual que trae consigo aspectos
éticos, de sensibilidad estética y hasta
emocionales que permiten integrar valores subjetivos al trabajo objetivo que se
realiza.
Referencias:
Berger,
P y Luckman, T. La construcción social de la realidad. Los fundamentos
del conocimiento en la vida cotidiana.
Pineau, P. (s. f.). La escuela en el paisaje moderno. Consideraciones sobre el proceso de escolarización.
Pineau, P. (s. f.). La escuela en el paisaje moderno. Consideraciones sobre el proceso de escolarización.
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