sábado, 16 de mayo de 2015

1. Entrevista.

Comienza este boletín con la presentación de una entrevista que se realizó a algunos de los más importantes teóricos de la educación, particularmente aquellos con enfoques sociológicos.

Entrevistador: Partamos de un plano general y definamos, según sus posturas, ¿Por qué es importante plantear el fenómeno educativo y más aún el fenómeno escolar a la luz de un enfoque sociológico?

Durkheim: Porque las estructuras educativas y sus contenidos existen en función de las necesidades de la sociedad.

Althusser: Además porque la sociedad es quien construye la educación para reproducir las fuerzas que la producen, es decir, además de cubrir las necesidades de los miembros satisface la continuidad de la misma.

Baudelot y Establet: Pero es por eso que mantiene diferencias tan graves entre clases sociales, porque la educación está planteada para conservar el modelo social que la sustenta.

Durkheim: Claro, por eso he mencionado que la escuela es un lugar de poder.

Entrevistador: ¿Podría explicar por qué considera la escuela un lugar de poder?

Durkheim: Porque legitima, a través de los actores que participan en ella, la forma de vida y la estructura sociopolítica del contexto en que se encuentra.

Entrevistador: Señor Karl Marx, veo que este planteamiento de Durkheim le llamó la atención, ¿Qué puede aportar al respecto? ¿Está de acuerdo en que la escuela tiene este alcance?

Marx: Estoy completamente de acuerdo, la escuela conforma a la sociedad justificando las clases que ya existen, no solamente sociales sino políticas.

Entrevistador: Entonces, ¿El estado debe separarse de la educación?

Marx: No del todo, incluso me considero partidario de que la enseñanza sea proporcionada por el estado, pero respetando su autonomía dentro de los salones de clase.

Entrevistador: ¿Por qué se considera partidario de la enseñanza estatal? Y ¿a qué se refiere con que respete su autonomía?

Marx: Porque es el estado quien tiene las posibilidades de llevar a cabo esa tarea tan grande, o sea, debe participar en la conformación de las escuelas y las organizaciones que coordinen, pero no intervenir propiamente en las clases. El estado no tiene la función de educador por sí mismo, eso sería inadmisible.
Althusser: Exactamente, el problema no sólo es que se reproduzca la fuerza laboral en cuanto al desarrollo de destrezas sino que se de continuidad al yugo de la ideología dominante.

Entrevistador: Bowles y Ginits piden la palabra, ¿quieren complementar la idea anterior?

Bowles y Ginits: Es que la escuela es una de las instituciones sociales que mantiene y refuerza el orden económico y social, hace que la población se habitúe a esa ideología dominante de la que habla el señor Althusser.

Althusser: Comparto esa opinión, no sólo la escuela sino también otras instituciones políticas, jurídicas, culturales, religiosas e incluso la misma familia contribuyen a perpetuarlo.

Entrevistador: Pero, con todo esto, la educación puede seguir cumpliendo con su propósito de llevar a los alumnos a un entorno laboral que les permita vivir, ¿o es acaso que su función social y política le impide realizar este objetivo?

Bowles y Ginits: Por el contrario, esa finalidad laboral es parte de la estructura del estado, a cada nivel educativo le corresponde un cierto lugar dentro de la demanda laboral que existe en un país, sin embargo esto tiene a perpetuar las condiciones laborales y de desarrollo personal de los padres y del entorno, entonces de nuevo nos encontramos con que se tiende hacia la conservación de un modelo social.

Entrevistador: Pero frecuentemente la búsqueda de una formación educativa es combatir el estatus socioeconómico que tiene un individuo, ¿entonces esto no es posible?

Randall Collins: Los documentos o credenciales educativas son una coartada para justificar ese acceso a posiciones sociales más privilegiadas, sin embargo estas no significan que el alumno tenga conocimientos en realidad. Además, siendo prácticos producir una generación de profesionales capacitados con un título educativo produciría un aumento en la oferta laboral que desembocaría en una disminución de las remuneraciones y eso contribuiría a perpetuar la misma constante social y económica.

Entrevistador: Les agradezco mucho su participación, desafortunadamente el formato del boletín es muy breve, pero espero que en un futuro podamos realizar otra sesión para que puedan plantear propuestas para combatir esta problemática.

Referencias.
Feito, R. (1999). Teorías Sociológicas de la Educación. Recuperado el 29 de agosto de 2011, de Universidad Complutense Madrid.


2. La importancia de los aprendizajes escolares.


Carta a los padres de familia.

Estimados padres de familia:

Les extendemos un atento saludo y les hacemos una cordial invitación para que envíen a sus hijos a tomar clases a la escuela, ahí desarrollarán sus habilidades y conocimientos del mundo que les rodea, además tendrán la oportunidad de convivir con otros alumnos y crecer como personas de manera que sean capaces de afrontar una vida en sociedad cuando sean adultos, sabiendo cómo convivir, comunicarse y colaborar con otras personas.

Se ha dicho que la escuela modela al sujeto para encajar en la sociedad tal como está, manteniendo la diferencia de clases y que los programas son diseñados por las clases en el poder, sin embargo la escuela puede darles a sus hijos un certificado oficial que les permita ampararse para conseguir un empleo o bien para seguir avanzando en sus estudios en otros grados de mayor nivel.


Atentamente: Los maestros.

3. Tira cómica.


El docente ahora deja de ser visto como un generador de conocimiento y asume un rol de facilitador de los aprendizajes de los alumnos, en este sentido los alumnos deben reconocerse los protagonistas de su proceso de aprendizaje y orientarlo hacia sus intereses y habilidades, en este caso la caricatura lo relata de forma irónica llevándolo al extremo de ceder ante la voz popular de los alumnos, es una proyección ad absurdum de la mediación que ejerce la actividad cotidiana sobre la realidad escolar (Espeleta y Rockwell, 1983).

Referencias:
Espeleta, J y Rockwell, E. (1983). La escuela: relato de un proceso de construcción teórica.  Ponencia presentada en seminario CLACSO sobre educación, Sao Paulo, Brasil.

4. Las instituciones.


Institución.
Funciones.
Influencia.
Personas en las que influye.
Familiar.
Cuidado de los sujetos, particularmente en etapas tempranas y formación en tareas cotidianas así como la consolidación de un marco de referencia del mundo y del propio individuo.

A través de las vivencias vinculadas a emociones los sujetos internalizan principios, modos de actuar y metas.
Las relaciones familiares son un precursor de las relaciones sociales adultas.
Personas vinculadas por lazos sanguíneos, emocionales o políticos.
Educativa.
Formación social, cultural y técnica de los individuos.
Favorece la inclusión social de los sujetos en un ambiente formal con normativa y metas específicas.
Consolida clases o estratos sociales, laborales, y en consecuencia económicos y políticos.
Alumnos, maestros y sobre la comunidad o entorno social.
Religiosa.
Control intrapersonal del individuo y regulación de sus interacciones con otros así como con su entorno.
Conlleva la adquisición de ideales personales y trascendentales, así como la conformación de un marco de referencia moral y actitudinal.
Sobre los fieles que profesan una religión o los seguidores de alguna filosofía trascendental.
Políticas.
Orientar los recursos económicos, culturales y naturales hacia el bien común.
Acomoda las posiciones de poder de tal forma que le da orden a la sociedad
A todos los miembros de una sociedad.
Económicas.
Establecer relaciones comerciales entre individuos y/o grupos de personas de manera ordenada y legítima.
Estimula el progreso financiero del individuo y del colectivo y afecta a otros procesos como la producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
Todos los involucrados en procesos mercantiles como productores, vendedores, consumidores, usuarios finales, etc.

Referencias:
Fischer, G. (1992). Campos de Intervención en Psicología Social. Narcea. Madrid.
Garay, Lucia (2007). Los conceptos. Instituciones y grupos, de http://institucionesygrupos.blogspot.mx/2007/06/los-conceptos.html

5. Reproducción o resignificación.

Durante la educación básica, en la cual nos encontramos inmersos en el “tronco común” que nos faculta de los conocimientos elementales es muy común observar que las dinámicas académicas se centran en la reproducción de los conocimientos de las fuentes de información como en el caso de la Historia o bien en la aplicación de fórmulas y procedimientos que  reproducidos han de dar los mismos resultados; los únicos resultados correctos cada vez, como ocurre con las ciencias exactas.
Sin embargo cuando llegué a la universidad a estudiar la carrera de cirujano dentista la cosa era distinta, ahora los maestros (en su mayoría) ya no se encargaban de dictar o remitir únicamente a las fuentes, sino que tomando de los libros las bases de la ciencia era preciso resolver problemáticas reales y específicas; ya no bastaba con reproducir métodos y fórmulas sino de adaptarlos a cada condición particular.
Precisamente este momento en el que la toma de decisiones juega un papel tan relevante es que se da la resignificación de los aprendizajes, pasando de meros datos e instrucciones técnicas a un complejo proceso intelectual que trae consigo aspectos éticos, de sensibilidad  estética y hasta emocionales que permiten integrar valores subjetivos al trabajo objetivo que se realiza.

Referencias:

6. El estado y la construcción de identidad: papel de la escuela.

El proceso que los alumnos viven en su paso por la escuela deja una huella en sus vidas que permanece y se manifiesta en la cotidianidad de sus relaciones sociales; los niños que hoy están en los salones de clase, aprendiendo y conviviendo serán muy pronto los ciudadanos que construyan y lleven a la práctica la cultura y el desarrollo socioeconómico del país.
Las referencias morales y las concepciones básicas del entorno que se dan en el contexto escolar trascienden hasta formar parte de la identidad y del cuerpo de significatividades internas de una persona, puesto que ha hecho suyos esos valores en un entorno que simula o intenta reproducir la vida diaria y adulta en sociedad con sus múltiples relaciones y conflictos que han de resolverse si se pretende continuar gozando del derecho de pertenencia al entorno social, además la exposición a este entorno de relaciones interpersonales  se suma día con día al proceso histórico personal que le hace diferente al resto de individuos aún formando parte de la sociedad y existiendo rodeado de ella de manera balanceada.
Puede darse, sin embargo, que los individuos actúen como resistencia o contrapeso al orden social cuando no logran interiorizar las significatividades que llegan de forma extrínseca (los compañeros, los maestros, su propio entorno social) y que dan soporte al modelo que orienta la dinámica social vigente, o bien cuando no se da una relación recíproca entre los integrantes de una parte de la sociedad, pues se rompe el equilibrio de dicha interactividad.
En la escuela se confirman o abaten las actitudes y los símbolos que la colectividad social legitima o invalida a través del diálogo, a veces incluso un diálogo que no requiere palabras y que se muestra en las formas de coexistir entre pares y maestros pero que armoniza (homologa) los criterios en el contexto particular de cada establecimiento educativo favoreciendo al balance mencionado anteriormente y a la permanencia de la institución.
Y es justamente en la búsqueda de esa armonía que el estado, como gestor de las transformaciones económicas y políticas interviene con programas y reformas que institucionalizan las diferencias, las similitudes y los cambios en los diferentes ambientes educativos dentro del territorio nacional según sus intereses y las demandas de la sociedad y la industria. La figura del estado da legitimidad al propio sistema educativo en una suerte de validación mutua que le permite extender certificaciones oficiales al tiempo que se integra a la estructura de las instituciones políticas del país.
Con esto la educación en el marco formal de la escuela se convierte en una responsabilidad del estado en tanto los sujetos pueden desarrollar autonomía y al mismo tiempo identidad colectiva en ella, autorregulándose en su proceder moral y negociando la diferencia hacia la cooperación o colaboración con otros individuos, todo lo cual puede resumirse como la conformación de ciudadanos ideales o cuando menos en vías de ese ideal.

Referencias:
Echavarría Grajales,  C. (2003). La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral, en: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio – Diciembre, Vol. 1, No 002, Universidad de Manizales, Colombia.
Morales Hernández, A (s.f). Estado, modernización y educación. Inédito.UPN: 2014.

7. Collage: Institucionalización de la educación en México.


En este espacio presento un collage que retrata diferentes momentos en la historia de la institución escolar en nuestro país, desde sus inicios en la vida institucionalizada cuando estaban aún frescos en el colectivo nacional el recuerdo y los ideales del conflicto revolucionario, pasando por la etapa en que la escolarización adquirió fines industriales y, más arraigada en el panorama institucional y cotidiano de la nación buscó la unidad e identidad nacional. También queda plasmado que la escuela como institución ha sido tocada por cada movimiento o ideología que ostenta el poder, hasta llegar a la educación con perspectiva tecnológica y humanista aunque igualmente afectada por los procesos sociopolíticos y demográficos.

Referencias:                                                                               
Morales Hernández, A (s.f). Estado, modernización y educación. Inédito.UPN: 2014.

8. Maestro y alumno en la cultura escolar.

La cultura escolar, ¿determina o es construida desde la escuela?


La cuestión de quién determina a quién conduce a una reflexión muy interesante porque hay muchos elementos que observar y en ocasiones está tan arraigada la cultura escolar y el desarrollo de los procesos educativos que pasan desapercibidos para el hombre común que sólo los vive sin plantearse preguntas al respecto.
Los argumentos que sostienen que la cultura escolar se construye desde el alumno se basan fundamentalmente es su quehacer social cotidiano, puesto que con la sola participación escolar en contacto con sus pares y maestros y la aportación de su historia de vida y capital cultural al grupo se generas significatividades y símbolos reconocidos al interior de la escuela, además estas significatividades comunes entran en contacto con las particulares lo que sin duda es un punto determinante para el ejercicio de una cultura escolar propia.
Por otra parte también el maestro colabora en la construcción de la cultura escolar, puesto que tiene la capacidad de reconstruir o modificar los elementos curriculares en su discurso pedagógico, es decir, puede recontextualizar los contenidos o las formas según el entorno social o cultural según su criterio. Aún sin darse este proceso y si sólo acatase los señalamientos del programa en sus clases la conducción de las actividades suscita en el grupo intervenciones e interacciones entre alumnos y maestro, siguiendo o marcando nuevas pautas de conducta y valores deseables que orienten a la realización de la tarea pero también al orden dentro de la escuela y con ello a la formación moral y social de los alumnos, o dicho de otra forma, construyendo una cultura para ese contexto particular.
No obstante, si analizamos la situación desde la cuestión de cómo la cultura escolar determina al alumno también se puede argumentar que el contexto social de la escuela conduce a que el alumno internalice valores y normas y hechos propios los reproduzca o resignifique en contextos extraescolares haciendo entonces de la cultura escolar una cultura personal.
El alumno se forma entonces una identidad particular, la escuela pasa a formar parte de su historia de vida y se vuelve un referente interno en adelante. En lo colectivo el alumno comparte un tronco común con sus compañeros lo que le otorga una identidad social común, tal como lo es la nacionalidad o incluso más específicamente el sentido de pertenencia a una región dentro de una nación, así como también lo lleva a reconocer la pertenencia a un estrato social.
El maestro, como agente de la educación no escapa a la realidad de la escuela ni a su realidad propia como ser social, la interacción con sus alumnos y otros maestros le confirma, le reconoce o incluso lo invalida en su rol y desempeño, asimila las normas institucionales en lo material pero también en lo que a las interacciones con alumnos y maestros se refiere. Las responsabilidades que la cultura escolar le confiere sobre la formación y el cuidado de sus alumnos pasan a formar parte de su habitus; de su identidad personal y colectiva.

Conclusiones.
La cultura escolar se da como un proceso de interacciones omnidireccionales en el cual todos sin duda se ven influenciados por la cultura instituida, pero también todos tienen la posibilidad de influenciar en ella como fuerzas transformadoras o instituyentes.
Hacer conciencia de ello permite (y por momentos obliga a) ser sujetos activos dentro de la escuela, puesto que ya no sólo somos responsables de lo que enseñamos o aprendemos, sino también de lo que aprenden los demás a lado nuestro y del cómo enseñan nuestros maestros.
La capacidad de modificar aspectos culturales dentro de la escuela es real y está presente en la cotidianidad, aunque no por ello es cosa fácil ni se lleva a cabo en poco tiempo, pues cada individuo trae consigo un capital cultural privado e intereses que tiran hacia diferentes direcciones.
Esta reflexión así como los trabajos de este módulo y su expresión materializada en este boletín traen consigo una invitación introspectiva hacia las experiencias previas y conducen a ver con otros ojos la realidad; dicen que no se ve lo que no se conoce y ahora, con un poco más de referencias en la mente miro hacia el panorama que se impone al considerar el objeto de reflexión-acción propuesto.
La realidad escolar en que he vivido y coexistido toma forma y sentido a la luz de los autores que hemos revisado, pero aún queda la sensación de ser invitado a conocerla más a fondo, y más aún a intervenir en ese mundo al interior de la escuela, consciente de los alcances que tienen las acciones de los individuos como parte de los procesos escolares.


Referencias:                                                                               
Andrade, Patricia (2000). El lugar de los sujetos en la educación y en el currículo. Revista electrónica UMBRAL  Nº 7 REDUC.
Bolívar, A. (1996). Cultura escolar y cambio curricularBordón, 48 (2), 169-177.
Espeleta, J y Rockwell, E. (1983). La escuela: relato de un proceso de construcción teórica.  Ponencia presentada en seminario CLACSO sobre educación, Sao Paulo, Brasil.